miércoles

"Vayan a sus casas y acaricien a sus hijos..."

"Vayan a sus casas y acaricien a sus hijos..."

Salvador lo dijo cuando ganó: “Vayan a sus casas y acacicien a sus hijos…”. Ya no queda gente que hable así.

Se lo leí a Mellado leyendo el Clinic cuando viajaba el sábado a votar. Y hoy, ya después de tres días de la elección, no nos queda más que eso: irnos a casa. Pero no quedarnos sólo ahí a llorar la pérdida de la teta que se van a tomar ellos, los otros, los ricos, los que están a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Iremos a nuestras casas, les haremos cariño a nuestros hijos y lloraremos un momento por lo que hemos perdido y ganado en estos 20 años. Desahogados, liberados de la carga de la pena de la derrota, saldremos a la calle a exigir el espacio perdido; putear más fuerte por las cosas malas que se hagan; exponer nuestro descontento cuando no sintamos que nos oyen y se tomen decisiones que no estén en sintonía con la realidad.

Me duele, si. Pero ya vendré de vuelta de mi casa a exigir, gritar, putear y hacer algo para que le cueste 52 años de nuevo a la derecha volver.